23 ago 2014

Baloncesto, el deporte invisible


¿Nos encaminamos irremediablemente a la desaparición del basket en nuestro país? Dicho así puede parecer exagerado. No hablo de desaparición en el sentido estricto de la palabra, no en el sentido que deje de practicarse en las miles de canchas de barrio, que son las que mantienen vivo este deporte. Voy más a la extinción en el ámbito televisivo, a la extinción dentro de un plano de visibilidad y sobre todo en el número de retransmisiones, las cuales, cada año que pasa son más escasas.

Hagamos un ejercicio de memoria, seguro que los que siguen de manera continua y fiel el baloncesto a nivel televisivo, a poco que buceen en sus recuerdos encontrarán miles de desplantes de todo tipo.
No importa el grupo televisivo que posea los derechos, el ninguneo hacia este deporte y sus aficionados, que aunque no hagamos mucho ruido, somos bastantes, está asegurado. Mención especial a TVE y sus años de desprecio absoluto hacia nuestra liga, ACB, que es una de las mejores de Europa, aunque ahora no lo parezca, pero ese es otro tema y las televisiones no son las únicas culpables.
Volviendo al tema, sufrimos temporada tras temporada, da igual el equipo al que sigas, con partidos sin retransmisión y que solo los pueden disfrutar los que acudan al pabellón, con horarios absurdos y sin pensar en los aficionados o incluso en los propios intereses de la cadena, lo que hace aún más cómica si cabe la escena o con realizaciones desastrosas y propias de décadas pasadas. Sirva como ejemplo el partido España-Croacia de hace un par de días, cierto que TVE en este caso no realizaba el partido y la señal llegaba de otra empresa contratada por la FEB (Federación Española de Baloncesto), pero el despropósito es digno de estudio: cambios de planos constantes, primeros planos totalmente fuera de lugar y sin sentido, repeticiones metidas en mal momento o la bandera del equipo rival en el marcador equivocada durante toda la primera parte sin que nadie reparara en ello.
Quién no recuerda alguna retransmisión que empiece a emitirse con el partido ya iniciado, sin una previa, con los comentaristas realizando su trabajo desde un estudio, lo cual nos deja también sin entrevistas a final del partido, todo deprisa y corriendo.
Partidos de la selección que solo pueden verse online o en diferido horas después, a causa de la coincidencia con otro evento deportivo o relegados a un canal secundario, dejando patente el escaso interés.
Qué podemos esperar si aún celebrándose el mundial de este año en nuestro país, las cadenas de televisión le dan un trato casi marginal a la información concerniente ya no al mundial en sí, sino a nuestra selección. Menciones de apenas treinta segundos y eso en caso de haber jugado un partido, en caso contrario, ni una palabra.

Cuando decía que daba igual la cadena o grupo de comunicación no me equivocaba para nada. La propietaria de los derechos televisivos de este campeonato es Mediaset. Ésta no se cansa de anunciar todos los partidos de nuestra selección en directo, y digo yo qué menos, así como una gran cobertura del resto de selecciones. Sin embargo, hace unos días ven la luz los horarios de los partidos y cuáles nos van a ofrecer y vemos que el España-Serbia, uno de los mejores partidos de la fase de grupos y quién sabe si vital, va en diferido, porque, ¡oh, sorpresa!, hay programado casi a la misma hora y en uno de sus canales un amistoso de la selección de fútbol y obviamente tiene prioridad y como siempre toca patalear, protestar y finalmente aceptar a los del basket, el deporte minoritario, que total somos cuatro gatos y ya estamos acostumbrados. 
Y parecía que esta vez si, que con gente de CANAL+ involucrada, los cuales, le llevan dando un trato exquisito durante muchos años a la NBA y este año también a la Euroliga, la cosa podía ser distinta, pero la sombra del fútbol es alargada e invencible en este país y no digamos ya los posibles beneficios económicos.

Con todo esto no solo no logran enganchar a nuevas generaciones o más seguidores, sino que han ahuyentado a los ocasionales y ya solo quedan los fanáticos, los que hacen cualquier cosa por ver un partido, aunque sea en otro idioma, con una calidad de imagen horrorosa y en tamaño reducido. Pero si siguen así, también los echarán y todos se irán al otro lado del charco, que allí si que saben tratar al deporte y a sus aficionados y hacen de cada partido un espectáculo, como debe ser. Porque todo tiene un límite y duele ver lo que están haciendo con un deporte tan maravilloso y espectacular y que tantas alegrías nos ha dado y nos sigue dando. 
En definitiva, o cambian mucho las cosas, algo que dudo bastante, o televisiones y seguidores mantendremos una constante batalla y con un sinfín de quejas a causa de las retransmisiones, realizaciones u horarios. 
Mucho me temo que el armisticio entre ambas partes queda lejos en el tiempo y que seguiremos mirando de reojo con recelo y envidia a los otros deportes, en especial el fútbol, al fin y al cabo dicen, el deporte rey.
¿Sigue pareciendo exagerada mi reflexión inicial? ¿Tiene futuro televisivo el basket en nuestro país?



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